Ctra. Jerez - Sanlúcar desvío Las Tablas Km 1,5


          Manuel Galván y su Mundo… Una Vida dedicada a la Tonelería

Por sus manos han pasado cientos de miles de duelas. Primero de castaño. Luego de roble… Sus ojos, aquilatados en la curva exacta del “rascado de juntos” y el perfecto “herradero de cascos”, miran de frente, pero al hablar se pierden en el infinito.

Estrechar su mano es sentir el roce sorprendentemente suave de una herramienta pulida por el tiempo. Solo el polvo del secadero de duelas, ensombrece la “tersura de anciano” de una piel curtida por los años. Y es que en sus dedos tostados por el fuego del “astillero”, hay cicatrices afinadas por el tiempo. La gorra inglesa ceñida le imprime pureza de estilo, mientras el aroma a roble quemado, confiere a su “trabajadero”, alma de tonelería a la antigua usanza del Jerez eterno.

A las doce en punto suena un “Ángelus”, de vino fino “chorreado” sobre una copa temblorosa, que te ofrece con la franca sonrisa de quien se siente parte de algo demasiado importante, como para no explicarlo. Habla de toneles a veces mayores que un hombre puesto de pie, batidos a mano en aquella “casi intemperie” de los “batideros” de las viejas tonelerías de una época, en la que los horarios laborales estaban marcados por la salida y la puesta del sol.

Solo por aprender una nueva palabra sobre la eterna ciencia de la tonelería Jerezana, merece la pena cada segundo vivido en su compañía. Bebe la copa en dos sorbos sin sujetarla por el fuste y vuelve al trabajo con el andar lento de un parlamentario solemne de finales del siglo XIX. Se marcha feliz a la “bota” que tenía empezada y después de “fondarla” con mimo, termina de “herrarla” “encamándola” definitivamente, con su viejo “talugo de coronar”.

Rueda la “bota” por el empedrado. Ahí quedó… Vuelve a las duelas, trabajo eterno y sublime que en Jerez de la Frontera está regulado normativamente por las actas capitulares del cabildo Municipal desde el 10 de Octubre de 1513. Más de quinientos años de ciencia exacta. Gloria jerezana de un oficio que continúa en los hijos y nietos de Don Manuel Galván Pérez. Dios le guarde muchos años.

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