El “Pago de los Tercios” es una franja de albarizas entre el Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera, delimitada por la carretera que une a Jerez con Sanlúcar. “Balbaína” y “Los Tercios” ocupan el corazón del triángulo imaginario que muchos estudiosos refieren, poniendo como vértices del mismo a los tres municipios de la D.O. Jerez-Xeres-Sherry. “Los Tercios” es además un pago histórico de Pedro Ximénez. Manda en aquellas tierras, una figura gruesa, feudal y campechana. Un viejo viticultor que es propietario de una de las mayores viñas del contorno: “La Blanquita”. Este octogenario –joven de alma- atesora una cultura vitícola extraordinaria. Pero cuando habla sobre “la vida misma”, deja estupefacto al más erudito de los sociólogos. Se llama Francisco Barba, pero todos lo conocemos como “Curro el de la Blanquita”.
A Curro acudimos muchos amigos para aprender, compartir nuestras experiencias en el campo, o simplemente para probar su vino y participar de sus tertulias de pintores, escritores, viñadores y hasta políticos, que allí aparecen sin avisar, con la única condición de beber hasta perder la cuenta de las copas bebidas y siempre invitadas.
Esta vendimia he necesitado su consejo respecto a un intenso “rocío nocturno” que en Jerez llamamos “blanduras” y que -de facto-, equivale a una lluvia vaporosa y suave sobre el terreno. La cosecha ha sido especialmente poco productiva, y yo andaba preocupado por una posible pudrición de la uva por exceso de humedad.
Me citó Curro a las cinco y media de la madrugada en su viña -a esa hora con sus 81 años él empieza a trabajar cada día-. Aún era de noche cuando llegué, me invitó a una copa de brandy y me tomó del brazo diciendo: “Tranquilo José Antonio, el secreto de las blanduras, es que gracias a ellas el hollejo no pierde acidez. Así se equilibra el vino, sobre todo si es dulce… No te preocupes. Ahora bébete otra copa de brandy, que mañana sale el Sol y la uva se te secará. Aunque este año haya más blanduras que nunca, el Sol te ayudará…”. Y yo me fui convencido, a seguir con mi vendimia…
Al final como Curro dijo, salió el Sol… Hemos podido combinar madurez con acidez natural. Y aunque todos sabemos que la vida de un vino depende de su acidez, muy pocos saben que en Jerez, esa acidez antes depende de “las blanduras”.
Gracias Curro.
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